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Los temores a la lluvia dejaron paso a una tarde y noche inolvidables ·
Emoción en la imposición de la insignia, evocando la corona que recibirá
en un año · Históricos encuentros con El Prendimiento y Soledad
Llegó el día en el que otra Dolorosa jerezana recibió la Medalla de Oro
de la ciudad, distinción vinculada en todos los casos a las que fueron y
serán, en el caso de La Esperanza, coronadas canónicamente. La Yedra ha
querido recibir la insignia casi un año antes de producirse el acto
litúrgico, a diferencia de las anteriores coronadas. Sin importarle si
queda mucho o poco, o las críticas que podía recibir por las formas: en
procesión extraordinaria llevando la imagen a La Merced y regresando
ayer con todos los elementos necesarios para hacerlo en cofrade y
triunfalmente.
Todo comenzó a las seis de la tarde con una misa
oficiada por el obispo, que está siguiendo muy de cerca las propuestas
que hace La Yedra, con la presencia de la corporación municipal,
asistiendo exclusivamente la alcaldesa y el gobierno municipal, Consejo
de cofradías, y por supuesto con un templo lleno a más no poder de
devotos, cofrades y hermanos de La Yedra.

El prelado en su homilía dijo que la medalla "es un reconocimiento a
todos los que han rezado ante la Esperanza; a los que ha acudido a Ella
en momentos difíciles y de oscuridad, ese es el reconocimiento a la
devoción y a todos los que la han llevado y la llevan en su corazón
(...). Esta medalla también es un reto para seguir difundiendo el amor a
la Virgen". Al final de la misa se produjo el acto de imposición de la
medalla, tomando la palabra el instructor municipal, el concejal Antonio
Montero, que relató la argumentación que justifica la concesión: "la
probada devoción de los jerezanos a esta imagen, que ha merecido el
otorgamiento de la coronación canónica". Un aplauso cerrado acompañó el
momento en el que el vestidor de la Virgen, José Carlos Gutiérrez
prendió la insignia en el pecho de La Esperanza.
Después
intervino el hermano mayor, Ildefonso Roldán, que agradeció el homenaje
de la ciudad, recordando fechas como el apoyo de la corporación a la
petición de la coronación canónica, la apertura del expediente de
concesión de la medalla, "que es la voluntad popular. Homenaje de la
ciudad de Jerez que es la antesala de la coronación de la Virgen".
Finalmente,
la alcaldesa, García-Pelayo, cerró el acto diciendo que para la
corporación "es un día único (...). Creemos en la Virgen y creemos que
protege día a día a Jerez", acentuando que "en estos momentos difíciles
aprovecho para pedirle a la Esperanza protección y que no nos olvide,
que nos trate con amor dándonos esperanza. Jerez necesita teñirse de
verde, teñirse de Esperanza".
Si ayer fue todo grande, ¿qué
podemos esperar para la coronación? Esta crónica, siguiendo los pasos de
la tarde, entra en el regreso. Con el sol casi puesto, la agrupación de
La Estrella, la que va tras El Sentencia en la Madrugada, puso la
música por delante para calentar el ambiente; detrás empezó a salir el
amplísimo cortejo de hermanos en el que se integraron representaciones
de las hermanadas a la Yedra: Tres Caídas, Buena Muerte y Cristo, junto a
estandartes de las de la Madrugada y las del barrio de San Miguel. El
obispo y la corporación municipal acompañaron el regreso hasta el Asilo,
mientras que el Consejo de la Unión de Hermandades siguió adelante
junto a La Esperanza.
Y La Esperanza sobre el trono carmelita, dejando la basílica y
asomándose al gentío que la esperaba en la calle Merced, que era una
fiesta, plena de gente de aquí y de afuera y con balcones engalanados.
En ese barullo se oyó el himno y después el estreno, ahora de veras, de
'Esperanza Coronada' del maestro Albero, contraste musical con un cante
'santiaguero' desde Tío José de Paula. Y se llegó a la sede del
Prendimiento, donde se entró hasta situar a la Virgen frente al Señor de
Santiago, primer encuentro inédito de la tarde. No se cabía en la
pequeña capilla y muchos, la mayoría, quedaron fuera.
Dentro
estaba prevista una ofrenda hecha versos en la voz de Rafa Marín. Un
detalle musical, sonó la marcha Desamparo en los instrumentos de
Guadalrosal como homenaje a la titular de la cofradía del Miércoles
Santo. Más adelante, dejando atrás Ancha, otra multitud esperaba en La
Victoria ante La Soledad, rodeada de cera encendida, dejándose ver desde
el dintel de la puerta de templo, adornado con una alfombra floral con
el escudo de la Yedra.
En recuerdo de Mariano Ramírez, que fue
vestidor y acérrimo cofrade y devoto de La Esperanza y La Soledad, sólo
para él, como buen macareno que fue, se le ofreció el detallazo de oír
marchas dedicadas a la Esperanza del barrio sevillano de San Gil. En
Porvera esperó el estandarte de La Borriquita, llegando la Virgen con la
marcha Estrella Sublime. Así fue el transcurrir del regreso a la
capilla metidos en la noche del domingo con el paso andando de frente,
bien llevado por la gente de abajo y con la dirección de Tomás Sampalo.
Ahí quedó, usando la voz costalera, el primer gran anticipo de
la coronación, ratificado por un numeroso público creyente y devoto. Un
fin de semana pleno de sabor cofrade y lleno de Esperanza, la que ya
está en la Plazuela y en su altar recibiendo esas muestras de devoción
que la han llevado a las puertas de ese reconocimiento litúrgico que
exalta la universal advocación de la Esperanza, pero que en Jerez tiene
un rostro dulce capaz de movilizar fe, oraciones y sentimientos.